viernes, 29 de abril de 2016

Una reflexión sobre la humildad

Me ha gustado esta frase que he encontrado navegando por la red. Creo que contiene una reflexión bastante más profunda y de bastante más calado de lo que en un primer momento podría parecer. En un mundo en el que el que más razón parece tener es el que más alto grita, o el que mejor se vende ante los demás, creo que este pensamiento tiene una relevancia especial.

En mi opinión esta frase habla sobre nuestra esencia más profunda. Todos sentimos de vez en cuando esa necesidad de destacar, de obtener la validación y la admiración de los demás, de convertirnos en alguien reconocido y valorado. Así que vamos aireando a los cuatro vientos lo mucho que valemos y lo estupendísimos que somos. Estamos encantados de habernos conocido a nosotros mismos. Sin embargo el único lugar donde vamos a encontrar una verdadera felicidad, una satisfacción firme y que nadie podría perturbar es en nuestro interior, no en el aplauso de otras personas.

En la sabiduría popular se suele decir que perro ladrador es poco mordedor. O también que si me dices de lo que presumes, yo te diré de lo que careces. Ambos refranes clásicos ahondan en la misma cuestión que esta frase tan emocionante. Olvida tu necesidad de demostrar nada a nadie, porque por ese camino no vas a llegar a ninguna parte. Céntrate en ser, no en parecer, en vivir y no en aparentar que vives. Como el río más profundo. Inmutable en su devenir, siempre silencioso y a la vez siempre en movimiento. Cambiante, como la vida.


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